Weretilneck cree que hay un “pacto de silencio” policial en el caso Muñoz
En una entrevista con “Río Negro” dijo que el asesinato constituye un mensaje “de poder absoluto”, pero no al gobierno sino al interior de la fuerza.
14 AGO 2016 - 00:00
Viedma -
El gobernador Alberto Weretilneck consideró que el asesinato del policía Lucas Muñoz fue un “mensaje fuerte” y de “poder absoluto” aunque entendió que no estuvo dirigido al poder político sino a miembros de la fuerza. Convocó a parte del personal a que hable y cuente a la Justicia lo ocurrido, aludiendo que hay un “pacto del silencio” mientras se preguntó por qué el elegido fue Muñoz o qué paso con la mochila que llevaba.
A los policías que sepan cuál fue la suerte que corrió Muñoz y aporten datos les ofreció el amparo del sistema nacional de protección de testigos.
En diálogo con “Río Negro”, Weretilneck hizo una inicial evaluación. “Muñoz subió a un auto de alguien conocido. No se sabe nada de la mochila, con la que sale de su domicilio. Después, ¿quién puede tener durante 27 días a una persona uniformada, asesinarla y dejarla en un lugar para que la encuentre, dejándola con el arma? Estamos frente a un mensaje fuerte”, concluyó. “Casi mafioso, de poder absoluto. Se hace a dos cuadras de la comisaría, a pleno día, con uniforme. Lo tengo el tiempo que quiero, lo asesino y lo pongo cuando quiero”.
Segundo análisis: “Si hubiese sido algo individual contra Muñoz, la reacción policial habría sido totalmente distinta. Pero –como lo denuncié– hubo pasividad y buscaron desviar la investigación. Significa que algunos sabían qué estaba sucediendo o lo que podía suceder. En cambio, es la Jefatura que detecta la adulteración del libro, el allanamiento ilegal y la foto que se saca y se la envía de la computadora de Muñoz. Es un tema que involucra a alguien externo pero también a sectores de la policía, especialmente a la Comisaría 42, Tránsito y algunas autoridades de la Regional.
P-¿El mensaje fue al poder político?
R-No. Creo que el mensaje fue hacia algunos integrantes de la policía, y puntualmente para la Comisaría 42ª.
P-¿No es mucho mensaje?
R-Depende de lo que está en juego. ¿Por qué Muñoz y no otro policía? Es una pregunta para hacerse. Yo no tengo la respuesta hoy, saldrá de la investigación. Creo que está marcando que era un círculo, y si hubiese sido contra el gobierno o la jefatura habría sido otro el hecho.
P-Centralizarlo en la comisaría puede ser una simplificación y evitar cambios mayores.
R-No estoy simplificando. Tampoco puedo tener una actitud irresponsable y generalizar, y así deshonrar a parte de la Policía que no corresponde. Además, debo cuidar mucho el vínculo con la policía y la sociedad, que es indisoluble. Rechazo lo que dicen algunos, que se trata de una policía corrupta. No lo creo y no tengo elementos, más allá de que existan policías que puedan estar al margen de la ley. Hay que trabajar en eso y confío en (jefe) Altuna y (subjefe) Jara.
P-¿Miembros de la Policía encubrieron o participaron directamente del asesinato?
R-Hoy no lo puedo saber. Está claro que, como mínimo, encubrieron. Sumado a la pasividad, el pacto del silencio y la obediencia debida del personal de la 42. Saben mucho más de lo que están contando. Como mensaje a ellos, no alcanza con llevar el féretro o ir a llorar con los padres, se necesita que hablen y cuenten al juez o al fiscal. Está claro que así terminan presos o fuera de la Policía. No tienen mucho más tiempo para no colaborar plenamente con la Justicia, cuando tienen además el sistema nacional de protección de testigos o pueden hacer llegar datos. No existió ni una sola línea de compañeros y, sólo de la guardia de la 42, son 40 policías.
Los restos llegaron a Ramos Mexía a las 4 de la madrugada.
Con un pedido unánime de justicia y una gran consternación, los pobladores de la Región Sur rionegrina despidieron ayer los restos de Lucas Muñoz, que fueron sepultados en el cementerio de Ramos Mexía.
La muerte del policía asesinado en Bariloche causó una gran conmoción en la zona. Por ello, luego de que el vehículo que trasladó sus restos hasta su localidad natal, y partiera después del mediodía del viernes de Bariloche, en los pueblos ubicados a la vera de la Ruta 23 se organizaron espontáneamente para recibirlos y acompañar a su familiares. Recorrer los 400 kilómetros demandó más de 14 horas. En cada una de las 8 localidades la unidad de traslado de la empresa fúnebre fue recibida por una caravana de vehículos particulares y móviles de las distintas comisarías haciendo sonar las sirenas y por gente a pie con carteles pidiendo justicia. A Jacobacci los restos llegaron alrededor de las 20 del viernes. Más de medio millar de personas lo aguardaban en el acceso por la Ruta 23.
Luego de recorrer las calles céntricas llegó hasta la unidad 14ª de Policía. Allí la gente se agolpó para acompañar al papá Benjamín Muñoz, a la mamá Alicia Ocares y a los hermanos de Lucas, que fueron recibidos por el intendente Carlos Toro y personal policial.
En cada pueblo la postal se repitió. Ciento de vecinos se apostaron a la vera de la ruta para saludar, acompañar a la familia y pedir justicia.
Luego de pasar por Maquinchao, Aguada de Guerra, Los Menucos y Sierra Colorada, pueblo en los que sumaron vehículos y personas a la caravana, los restos de Lucas llegaron a Ramos Mexía a las 4 de la madrugada. La pequeña comunidad en la que viven unas 1.000 personas estaba esperándolo.
“Lo que le pasó a Lucas nos duele a todos los vecinos de Ramos Mexía. Tanto él como su familia son personas de bien, humildes, muy buena gente. No podemos creer lo que le hicieron. La muerte de Lucas no puede quedar impune”, señalaron algunos vecinos consultados por este medio.
Hasta el mediodía de ayer, los restos fueron velados en el Salón de Usos Múltiples (AJ).