Sí a la Fertilización Asistida:
Ampliación de derechos para las familias de nuestro país
Señor Presidente:
En el día de hoy esta Cámara está reparando una deuda social con todas aquellas mujeres y parejas que sufren de infertilidad. La Ley en debate, permite ampliar derechos esenciales para las familias de nuestro país. No estamos hablando de una cuestión menor, superflua, o anecdótica, estamos discutiendo sobre la posibilidad real de cumplir el sueño de ser mamas y papas de una parte importante de nuestra sociedad, que por diversos problemas médicos deben realizar un tratamiento para cumplir su anhelo.
Se estima que una de cada seis parejas tiene problemas de fertilidad, pero hasta el día de hoy sólo aquellas que pueden costear económicamente los tratamientos, que van desde los 8.000 a 50.000 pesos, sin contar la serie de estudios previos necesarios y la reiteración frecuente de estos procedimientos; logran concretar el embarazo. Lo que hoy queremos es asegurar la igualdad ante la Ley de todos los sectores de la sociedad, y poner a su alcance las técnicas de fertilización, hasta hoy reservadas a un estrecho margen de personas que pueden enfrentar semejantes gastos.
Esta legislación, al incluir en el Plan Médico Obligatorio, el tratamiento de la infertilidad, garantizará que las obras sociales, las prepagas y el sistema de salud pública, incorporen como prestaciones obligatorias la cobertura integral e interdisciplinaria de los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de Reproducción Médicamente Asistida.
Un dato no menor, y que habla de la consagración de derechos y respeto hacia la diversidad conseguida en esta década ganada, es que no se imponen requisitos ni limitaciones debido a la orientación sexual o estado civil de los beneficiarios. El paradigma hegemónico de la familia argentina se rompió y junto con la familia tradicional, emergen otras de distinto tipo, con los mismos derechos y oportunidades para amarse, casarse y tener hijos.
En los días previos a este debate, recibí una gran cantidad de correos de mujeres y parejas solicitando que aprobemos esta Ley. Me gustaría leer unos fragmentos, por ejemplo el de Roxana, que cuenta: “Siempre entendí a la maternidad como un mandato social exclusivo de la mujer. Recién cuando me dijeron que nunca iba a poder ser mamá naturalmente y sin ayuda, comprendí la dimensión de como en un segundo la vida te da un revés que te deja sumamente triste y sin saber para donde correr, donde pedir ayuda y como explicarlo”. De esta manera Roxana nos interpela, y expone sobre la mesa una característica social y cultural de nuestros tiempos.
En pleno siglo XXI, muchas mujeres jóvenes perciben a la maternidad como algo lejano, probablemente porque el rol de madre ya no es la única función reservada al género femenino. Estudiamos, trabajamos, nos profesionalizamos, somos Diputadas y hasta Presidentas. Este avance y consagración de la mujer en la vida pública, muchas veces lleva a postergar la maternidad a edades más avanzadas del reloj biológico; y cuando finalmente llega el deseo de tener un hijo, se complica la concepción. Por eso, esta legislación además de ser altamente inclusiva, es de avanzada y se pone acorde a las nuevas costumbres y formas de ser de nuestra sociedad. Posibilitando que sin impedimentos etarios o de salud, todas aquellas que quieran tener un hijo, puedan tenerlo.
Otra mujer, Mara, me escribía: “Creo que como ciudadana merezco poder intentarlo, el derecho de acceder a la salud para planificar la familia que quiero, y no puedo por cuestiones médicas”, hoy siento una enorme felicidad porque le estamos dando a Mara, a Roxana, y muchísimas mujeres y parejas argentinas, este derecho, el de concretar su familia.
Muchas gracias, y desde ya adelanto mi voto positivo.